

Es un edificio de planta baja declarado Bien de interés Cultural con una estructura de hierro y una crestería de cerámica que corona toda la cubierta. Además con suelo de granito y totalmente acristalado.
En el año 1999 la Comunidad de Madrid abordó con fondos europeos y de los propios comerciantes una remodelación que ascendió a 150 millones de pesetas de la época y que devolvió al mercado su aspecto original. Sin embargo, su actividad comercial fue decayendo poco a poco ya que sus instalaciones no podían competir frente a los modernos supermercados y centros comerciales. Para evitar su defunción, un grupo de particulares con intereses arquitectónicos, gastronómicos y pertenecientes a diferentes ámbitos culturales y sociales han formado la sociedad: El Gastrónomo de San Miguel, actual dueña mayoritaria del mercado.


Empezamos con un vino blanco acompañado por ostras francesas (que las de aquí ya las conocemos). Después nos recorrimos el mercado para verlo. Tienen unas mesas centrales donde se puede ir llevando los diferentes productos de las tiendas (vino, cerveza, cocteles, tapas, raciones, pinchos, croquetas recién hechas, dulces elaborados...) o podéis ir parando por ellas e ir pidiendo lo que os apetezca.
Después fuimos a la quesería, donde pedimos unas tapas de quesos (Teresa y yo, que a Rómulo no le gusta), siguiente parada, unas cervezas con unos pinchos de lo más originales (Brie con manzana, carne mechada con cebolla caramelizada, el de Rómulo no me acuerdo...).
En definitiva, una mañana de lo mas agradable para recomendar. Buen tapeo en el centro de Madrid. Por cierto, de precio es un poco más caro, pero merece la pena que lo conozcáis.C/ Mayor, junto a la Plaza Mayor.
Madrid.
Página Oficial: http://www.mercadodesanmiguel.es/










































